Mirando atrás...

Hubo un tiempo donde creí encontrar a esa persona. Los colores volvían a mis ojos, dejando atrás los susurros metálicos. Los sonidos sonaban con intensidad, el cielo volvía a ser azul, azul celestial. El tiempo se deslizaba conmigo, todo fluía a su ritmo y yo con él. Los sabores se intensificaban, puro sentimiento maldito se abría paso a través de mis pecados para acabar en un merecido estremecimiento de placer. Los objetos agrandaron su materia para el tocar de mis dedos, cada pelo, lamina, volumen, temperatura eran nuevas para mi, mis manos no recordaban el mundo real.

El tiempo siguió su curso, para un mismo sentido, como siempre lo ha hecho y como siempre lo hará. Solo podemos regresar en el tiempo con nuestros recuerdos, de forma privada, limitada, intensa. Ahora estamos en el presente y esa persona ya no es tal... seguramente me quedan muchas más personas por conocer, pero estoy harto de buscar ese trozo de puzle, esa parte de mi alma, que encaja a la perfección, única en todos los sentidos, la cual me complementa, me hace mas fuerte, estable. Necesito encontrarte, a ti, ¿pero como encontrar algo que no sé si existe en este plano existencial?

El futuro es incierto, aleatorio, confuso, pero solo puedo centrarme en lo que tengo ahora. Dejare de buscar entre rincones, abrir puertas vacías, mirar a través de oscuras almas esperando encontrar eso que busco. Seguiré mi camino, deteniéndome en las cosas que me hacen feliz, para disfrutarlas, sentirlas, recordarlas en el futuro cuando sean en ese entonces parte de mi pasado. Entre tanto, guardo bajo esta mascara el deseo de encontrarte o mejor, de que me encuentres por fin. Solo me queda suplicarle al destino, algo tan sencillo como que nuestros caminos se crucen algún día.